lunes, 23 de marzo de 2009

Tolerancia "cero" a la falsedad

En esta vida absurda en la cual lo fácil se hace difícil y en el que los problemas se agigantan a cada segundo por malentendidos absurdos e ilógicos como series de televisión de clase B,las mentiras juegan un papel muy importante en ella.

El otro día leí(si a veces leo) que un teólogo latino llamado San Agustín distinguía ocho clases de mentira las cuales os relato a continuación:

Las mentiras en la enseñanza religiosa;
Las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie;
Las que hacen daño y sí ayudan a alguien;
Las mentiras que surgen por el mero placer de mentir;
Las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso;
Las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien;
Las mentiras que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien;
Las mentiras que no hacen daño y protegen la "pureza" de alguien.

Me quede observando detenidamente el escrito pensando en realizar una breve reflexión de ello:
Muchas mentiras de las aquí descritas son las causantes de que amistades de muchas años se vayan al traste y de que la confianza de una mirada se apague en un instante.

No importa lo vivido cuando ocurre esto,no importa las veces que hemos llorado con ese amigo o las veces que hemos disfrutado de un momento,las mentiras duelen,las mentiras queman y a veces hasta matan.

Muchas de las ocho mentiras que hay aquí,las hemos contado todos en algún momento de nuestra vida pero creo que se aprende de ello y que cuanto mas corre la vida mas te vas dando cuenta que lo importante de veras es ser verdadero,ser humilde y ser claro con las cosas,y dar importancia a la gente y las cosas que de verdad merecen la pena.

Aqui os dejo una muy buena frase:
"Algunas personas son tan falsas que ya no son conscientes de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen."
Marcel Aymé

1902-1967. Narrador y dramaturgo francés cuya obra combina lo maravilloso con los hechos de la realidad cotidiana.

Bueno chicos espero que esta parrafada valga de algo y que me contéis vuestras reflexiones.

Un saludo.

3 comentarios:

  1. Desgraciadamente ¿quién no ha contado una mentira? suena de triste, odio las, mentiras, la falsedad y todo lo que las envuelve pero, si que es cierto que a veces por no hacer daño he mentido, haciéndome daño a mi misma por ello, cumpliendo uno de los principios de la mentira dañar, pero ¿puede el ser humano,vivir en un mundo no exista la mentira? ¿soportaría en algunas ocasiones la dura realidad? y si no fuera así, es decir que sea necesaria la mentira ¿merece la pena vivir en un mundo ficticio, fabricado de cosas irreales? yo prefiero la verdad, a pesar de su alto precio pero por lo menos es verdad

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  2. Hola Jose:

    El ser humano es mentiroso por naturaleza, de hecho la comunicación se basa en la mentira, en la elipsis, en la manipulación de las palabras para amoldarlas a nuestro antojo. El arte es otra gran mentira, así como cualquier constructo humano. Seguro que leíste la alegoría de la caverna de Platon.
    Pero lo que yo no concibo es la mentira interesada que va más allá del entendimiento, la torticera, la que trata de llevar a las personas por un camino que no han elegido libremente, la que enmascara, la que sirve para levantar una fachada falsa sobre un gran vacío. Hay muchas personas que funcionan así, construyendo un castillo de aire en el que moran pensando que son felices, autoengañándose. Mientras no hagan daño a los demás, que vivan en su palacio de cristal, pero que se atengan a las consecuencias cuando se quiebre, que será lo más natural, porque pueden quedar atrapadas entre sus propias mentiras.
    El otro día, me partía el culo con la película de "Incautos", no sé si la has visto, pero es muy recomendable: trata sobre el timador timado, el que efectivamente a base de mentir queda atrapado en su propia codicia. Es muy buena.

    ¡¡¡Vaya parrafada!!! Me ha gustado mucho tu entrada. Un besín:

    -Lolita blues-

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  3. Y como bien se dice, se coje antes a un mentiroso que a un cojo.
    Me ha interesado la clasificación que se hace sobre la mentira, más me gustaría saber si hay otra sobre el que la sufre. Muchas veces nos damos cuenta cuando una persona miente y
    -nos callamos para saber bien a donde llega el cuento hasta que reventamos de indignación
    -o nos callamos porque es una mentira "piadosa"
    -o le pedimos a la cara la explicación de sus actos y un relato de la verdad...
    pero muchas otras veces no conocemos la realidad hasta que alguien o algo o algun gesto nos abre los oidos, y descubrimos el engaño al que estábamos sometidos ¿es esa persona ingenua o es que se lo ha hecho? ¿es perdonable?
    biquiños jose.
    nos vemos pronto

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